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Conociendo la dislexia

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Seguramente a todo el mundo le suena esta palabra, asociada directamente a los pequeños de la casa. Los niños y niñas en edad escolar, pueden demostrar síntomas de este trastorno, una vez empiezan a aprender a leer. Si bien es cierto, como nos recuerda Cristina Hormigos Centro de Psicopedagogía, todos conocemos la palabra, pero pocos sabemos de que se trata en realidad. Ahondar en este tipo de trastorno, es una excelente manera de ayudar a la detección temprana del mismo. Como decimos y hay que señalar, la dislexia no es una enfermedad, se trata de un trastorno del que vamos a hablar a lo largo de este artículo para conocer en más detalle en que consiste, cuales son sus síntomas, la forma de manejarlo, etc.

Son muchos los casos de dislexia que no se detectan a edad temprana, derivando en un elevado porcentaje de fracaso escolar entre los alumnos que la padecen. En muchas ocasiones, la dislexia y tus síntomas, no son fáciles de diagnosticar, debido a que los colegios y escuelas infantiles, no disponen de la preparación necesaria para detectarla. Ayudar a los niños que padecen este trastorno con las herramientas y tratamientos necesarios es una tarea pendiente en la gran mayoría de centros escolares.

Debido a esta situación, en la gran mayoría de las ocasiones, el peso recae directamente sobre las mismas familias que deben hacer un esfuerzo para detectar el trastorno lo antes posibles y poner en marcha los mecanismos necesarios para tratar cada caso. Es en extremo importante comprender que, cuanto antes se detecte y empiece a ser tratada la dislexia infantil, así como apoyar y comprender a los niños y jóvenes que la padecen, más posibilidades existen de superar los síntomas y evitar los problemas que conlleva.

La frustración y el sufrimiento que acarrea la dislexia, pueden verse suprimidos o minimizados siempre y cuando, desde los centros escolares y el entorno familiar, se preste atención a los primeros síntomas. La importancia de que los centros escolares cuenten con preparación para detectar los casos, es debida al hecho de que se trata de un trastorno del aprendizaje.

Otro factor importante para tratar la dislexia es llevar un seguimiento diario y no esperar a que se produzca el fracaso, puesto que de este modo, se esta perdiendo un tiempo crucial. El tratamiento más efectivo es la detección temprana, por lo que conocer la dislexia ayuda a saber como actuar en caso de detectar los síntomas. De esta manera se minimizan las dificultades que presenta el niño o niña en su desarrollo, aplicando un programa de intervención adecuado y adaptado a cada perfil y situación.

¿Qué es la dislexia?

A pesar de lo que pueda parecer, la dislexia es un trastorno del desarrollo cognitivo más frecuente de lo que cabe esperar. Más de un diez por ciento de la población la padece. Este trastorno, conlleva una dificultad de origen neurológico que afecta directamente al aprendizaje, dificultando la lectura, la escritura y de forma generalizada, la decodificación fluida y correcta de cualquier símbolo del lenguaje. Estos son los principales síntomas que muestra la dislexia y a los cuales hay que prestar atención.

Cuando una persona que sufre dislexia lee, ponen prácticamente toda la atención a la decodificación del sonido de las letras que componen la palabra y pronunciarla. Esta acción, tan simple y mecánica para la mayoría, provoca un colapso en la memoria operativa dificultando el uso de los recursos mentales a tareas superiores como la comprensión adecuada de lo que se esta leyendo.

Algunas investigaciones, definen la dislexia como un déficit en las conexiones neuronales encargadas de procesar el lenguaje. Por esta razón, a las personas con dislexia, les cuesta visualizar las palabras, la disfunción de las conexiones neuronales dificulta su acceso a la información almacenada en las regiones frontal y temporal del lenguaje en el cerebro. Estas conexiones son las que se relacionan con la representación fonética de las palabras.

Este trastorno puede tener un componente hereditario, por lo que, con frecuencia, varios miembros de la familia pueden verse afectados por el mismo. Tanto niños como niñas con un nivel de inteligencia normal y sin que padezcan algún tipo de problema psicológico, físico o culturar, pueden sufrir dislexia. De hecho, es muy común que las personas disléxicas agudicen sus sentidos de tal manera que desarrollan un gran nivel de inteligencia y creatividad.

Hay que tener en cuenta que no todas las personas que la padecen, presentan síntomas con la misma severidad. Aun así, es fundamental la detección y el diagnóstico temprano para poder tratarla lo antes posible, evitando posibles problemas de desarrollo, autoestima, frustración o fracaso escolar.

Aparición de la dislexia

La dislexia infantil empieza a mostrar sus síntomas en la etapa de preescolar, persistiendo durante la infancia, la adolescencia e incluso a lo largo de la edad adulta.

Existen perfiles muy variados del trastorno, como existen niveles de severidad. No obstante, suele reconocerse debido a que los niños con dislexia empiezan a hablar más tarde, siendo su nivel de compresión oral y vocabulario inferior a la media de los niños de misma edad. En muchas ocasiones, confunden las palabras fonéticamente similares y al escribir, intercambian las letras con grafías parecidas como puede ser la b por la d, o la p por la q. A estos síntomas se les une la aparente falta de atención y concentración que suelen mostrar.

La falta de concentración, es debida a que el niño o niña con dislexia, necesita hacer un sobresfuerzo para realizar tareas como la lectura y la escritura. El cansancio que provoca hace que se distraigan y se resistan a ejecutar este tipo de tareas.

Por ello se hace fundamental detectar el trastorno y sus síntomas lo antes posible, para proporcionar al niño o niña el apoyo y motivación necesario por parte de sus padres y educadores. Comprender y ayudarles de forma adecuada, utilizando las herramientas especificas es imprescindible para que los afectados puedan seguir su desarrollo e integrarse correctamente para estar en igualdad de condiciones que sus compañeros.

Atajar el problema desde la raíz es esencial; cuanto antes se trabaje, mayores probabilidades hay de que se minimicen sus consecuencias. De no ser detectada a tiempo y tratada de forma adecuada, la dislexia puede hacer que los pequeños, al ir creciendo sin ser comprendidos, desarrollen problemas severos como depresión, ansiedad, falta de autoestima y fracaso escolar.

Para entender este problema, hay que saber que, los niños y niñas que padecen dislexia, padecen ciertas particularidades neurológicas: las células que conforman sus circuitos lingüísticos no están ordenadas de la forma correcta. Este error neuronal es el responsable de que les cueste decodificar palabras y encontrar el significado de lo que están leyendo.

Una lectura eficiente, requiere de procesos de interpretación y de comprensión y aprendizaje. La estrategia léxica, como se denomina, es la manera que tiene el cerebro de abordar un texto para comprenderlo. Las dificultades de acceso al léxico en niños y niñas con dislexia son causadas por una combinación de factores:

  • Déficit en el procesamiento lingüístico.
  • Funcionamiento deficiente de la memoria del trabajo.
  • Problemas de velocidad en el procesamiento lingüístico.

Síntomas y tipos que presenta la dislexia

Como sucede con la mayoría de los trastornos, los patrones que muestra pueden diferir mucho de un niño o niña a otro. Si algo resulta llamativo en la dislexia, es su inconsistencia, ya que los síntomas pueden variar incluso a lo largo de un mismo día y evolucionan a medida que se crece.

Los síntomas más habituales son:

  • Dificultad en las funciones ejecutivas.
  • Síntomas en el lenguaje y la comunicación.
  • Síntomas en la lectura.
  • Síntomas en la escritura.
  • Síntomas en la coordinación motora y la orientación espacial.
  • Síntomas asociados a la comprensión del tiempo.
  • Dislexia numérica o discalculia.
  • Síntomas relacionados con la capacidad de socialización.

Cabe señala que, aunque la sintomatología que presenta el trastorno, suele ser común, existen diferentes tipos y grados de dislexia que se desarrollan de forma muy diferente según la persona afectada. Los diferentes tipos de dislexia reconocidos son:

  • Dislexia adquirida. Producida por un trastorno o lesión cerebral concreto.
  • Dislexia evolutiva o del desarrollo. Mas habitual en el ámbito escolar.
  • Dislexia superficial. Habitual en niños que en su mayoría no presentan dificultades importantes en la lectura.
  • Dislexia fonológica. Dificulta especialmente la lectura de palabras largas y poco conocidas.
  • Dislexia profunda o mixta. Es la más severa y se caracteriza por dificultades en dos tipos de procesamiento de la lectura: la ruta fonológica y la visual. Ambas dañadas producen errores semánticos y visuales.

Antes de finalizar, añadir que la dislexia como tal, no tiene cura. Se trata de un trastorno crónico que acompaña a la persona durante toda su vida. Sin embargo esto no debe ser motivo de alarma, pues la forma en que se expresa varia a medida que la persona avanza en su desarrollo evolutivo. Lo más importante es la detección temprana. Cuanto antes se proporcionen las herramientas necesarias, mayor probabilidad de que los niños y niñas, optimicen sus recursos mentales y desarrollen una vida plena.

 

 

 

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