Las varices surgen por problemas venosos y su aparición suele darse en zonas como las piernas. Son palpables y puede llegar a afectar a 7 de cada 10 personas, sobre todo, mujeres y personas mayores.
Los síntomas graves de las várices son: hinchazón y dolor en las piernas, sensación de pesadez en las piernas y los pies, venas abultadas y azuladas, picazón alrededor de la vena, calambres nocturnos en las piernas, cambios en el color de la piel alrededor de la vena o las venas, empeoramiento del dolor después de estar de pie o sentado durante mucho tiempo, etc.
Esto lo saben bien los cirujanos de Centro Quirúrgico Calero & Manzano, expertos en el tratamiento de varices y en las patologías que abarca la especialidad de cirugía general y del aparato digestivo, especialmente la coloproctología.
Ellos explican que «a veces, las varices pueden limitar las actividades del día a día. Los síntomas pueden empeorar al estar sentado o de pie durante periodos prolongados y en meses calurosos, pudiendo mejorar al acostarse o al mantener las piernas elevadas».
Durante el embarazo a muchas mujeres les aparecen varices por el aumento de peso, la presión que ejerce el útero y el aumento en los niveles circulantes de progesterona.
Desde un punto de vista epidemiológico, se ha observado que las varices aparecen en el 40% de las embarazadas. El aumento de la presión abdominal dificulta el retorno venoso de las extremidades inferiores.
En el último trimestre el aumento de tamaño del útero comprime las venas a nivel abdominal, pero también produce una compresión de las venas pélvicas.
Además, el aumento de peso de la madre dificulta la actividad física en este periodo. Los expertos explican que durante el embarazo también se produce el aumento de los niveles circulantes de progestágenos.
Debes saber que la progesterona actúa como vasodilatador de las paredes de las venas. Varios estudios han comprobado que la sintomatología empeora con embarazos sucesivos.
Durante el embarazo también pueden aparecer varices en la vulva y la vagina. Estas varices pueden ser desde pequeñas y poco sintomáticas a grandes y muy sintomáticas.
A continuación, te explicamos las medidas para mejorar los síntomas de las varices durante el embarazo:
Medias de compresión
Las medias de compresión reducen el riesgo de aparición de varices, ayudan a mejorar los síntomas como pesadez de piernas, dolor o cambios cutáneos.
En las farmacias o tiendas especializadas en embarazo hay medias de compresión en varias formas y colores.
Se pueden usar cómodamente y se pueden llevar a partir del tercer mes de embarazo. También sería recomendable llevarlas hasta los dos meses después del parto.
Rutinas básicas
Para evitar la aparición de varices la futura mamá debe seguir las siguientes rutinas:
-No puede pasar mucho tiempo de pie ni tampoco sentada. Es aconsejable que, cada hora aproximadamente, se mueva y cambie la postura.
-Dormir sobre su lado izquierdo.
-No puede levantar demasiado peso.
-La embarazada puede elevar las piernas 3 o 4 veces al día. ¡Con esta medida favorecerá
la correcta circulación de la sangre!
Ejercicio de manera periódica
Caminar para evitar el sedentarismo y el sobrepeso. Es importante realizar deporte de manera periódica y regular. La futura mamá puede salir a caminar todos los días, como mínimo, media hora, para mejorar su circulación sanguínea.
También es aconsejable los ejercicios de rotación de tobillos. El Pilates y el Yoga también son disciplinas idóneas para luchar contra las venas varicosas.
«Por supuesto, siempre y cuando no haya riesgo para la embarazada y de forma adaptada a la etapa en la que se encuentra», informa El Confidencial.
Ropa adecuada
La vestimenta puede influir en la aparición de las varices. Debe evitar el uso de zapatos de tacón, porque no favorecen en nada la circulación sanguínea.
Tampoco tiene que llevar prendas de vestir que le aprieten las piernas o la cintura. ¡Lo mejor es caminar con un calzado cómodo y que no le comprima los pies!
Otras medidas para evitar las varices
La embarazada también puede evitar esas venas varicosas con las siguientes recomendaciones:
-No engordar ni coger más kilos de los que están recomendados.
-Masajear las piernas de forma periódica. Estos masajes tienen que ir desde el tobillo hasta la rodilla y el muslo.
-Seguir una alimentación sana, completa y equilibrada.
-Llevar a cabo una buena hidratación.
-De vez en cuando, aplicar agua fría en las piernas.
-Evitar el humo del tabaco porque se considera que perjudica la circulación.
Durante este período no deben tratarse las varices ni con microespuma ni con ningún otro método, salvo en circunstancias muy concretas como hemorragias secundarias.
Tampoco se deben eliminar las varices después del parto, porque suelen desaparecen y también porque no se recomienda su tratamiento durante la lactancia.