Cuidar de nuestro cuerpo es un aspecto básico para garantizar un nivel de vida óptimo de acuerdo a nuestros intereses. Todo lo que esté relacionado de alguna manera con nuestra salud debe tener prioridad en nuestra vida y no ha de ser olvidado en ningún momento. Los peligros que eso entrañaría están fuera de toda duda y podrían incrementarse con el paso del tiempo si no se les pone la solución que procede. La salud es lo primero siempre y no solo debemos valorarla cuando nos faltan otros aspectos que consideremos importantes en nuestra vida, como el dinero o el amor.
Todos y cada uno de los aspectos relacionados con nuestra salud es importante. Y sí, el dental también. Lo decimos así porque nos da la sensación de que la salud dental ha sido considerada injustamente por la población como “una salud de segunda”, como una salud de la que nos hemos preocupado mucho menos que por otras. Es verdad que una mala salud dental no nos va a ocasionar la muerte, como si puede ser el caso de una mala salud cardiovascular, pero ese no es motivo suficiente como para pasar de ella y dejar que nuestros dientes sufran las consecuencias.
En un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios se descubría que el 23% de los españoles y las españolas solo acude al dentista en caso de problema agudo. Estamos hablando de un porcentaje que nos muestra que no existe la capacidad de prevención que debería en nuestra sociedad en relación a la salud dental. Al dentista sólo habría que acudir a las revisiones y a corregir pequeños problemas que pudieran surgir de un año para otro, pero la realidad es que preferimos asistir a las consultas cuando tenemos un problema que precisa de una intervención importante o cuando el dolor que nos ocasiona ese problema es ya insoportable.
La española es una sociedad que siempre ha precisado de mejoras en lo que tiene que ver con el cuidado de su salud dental. Es cierto que durante los últimos años se está produciendo una mejora que debemos poner en valor y que esperamos que siga creciendo, pero también es idóneo el hecho de hacer autocrítica y de analizar los motivos por los cuales hemos sido uno de los peores países del continente en lo que respecta a esta cuestión. Cuestiones como la educación, la concienciación y la necesidad de potenciar una buena imagen física nos tienen que ayudar a no dejar de lado nunca todas las acciones que tienen que ver con mantener una sonrisa blanca y bien cuidada.
Debemos ser conscientes de que la salud dental no solo va a provocar riesgos como la caries o la pérdida de piezas dentales, que son los riesgos más evidentes que podemos atribuir a la falta de una higiene correcta en la boca. También hay muchas posibilidades de que padezcamos halitosis si no nos cepillamos los dientes tres veces al día o si nos decantamos por no acudir a la consulta de nuestro dentista en varios años. La halitosis es un problema que va a tener una incidencia muy negativa en la imagen que otras personas tienen sobre nosotros y nosotras, así que hablamos de algo que tenemos que evitar a toda costa.
En un artículo publicado en la página web del diario El Mundo en el año 2017 y que se titula “Su halitosis tiene solución”, se desvelaba que alrededor del 30% de la población mundial sufría halitosis. Ni que decir tiene que ese es un porcentaje mucho más alto de lo que nos gustaría reconocer y que ese mismo dato nos muestra que queda un amplio camino por delante para intentar reducir este y otros problemas de salud bucodental que nos puedan hacer la vida un poquito más difícil. Desde luego, hay que tener claro que hace falta voluntad para tratar de erradicar asuntos como de los que estamos hablando. Pero basta con que le dediquemos seis minutos al día a este tema (tres cepillados diarios a dos minutos por cada uno de ellos) para sentar las bases de una mejora que vamos a notar en nuestro día a día.
La cantidad de riesgos a los que estamos sometidos si decidimos no cuidar como deberíamos de nuestra salud dental es tremenda y la gente es cada vez más consciente de a lo que se expone si no la cuida en los términos recomendados por los profesionales. En Aquadental, una clínica dental situada en el municipio de Trujillo (provincia de Cáceres), nos han indicado que varios de los motivos por los que más ha crecido ese cuidado dental entre la población española es mantener a raya la halitosis o evitar la caída de una pieza dental, motivos que tienen que ver con la imagen que se desprende de nosotros y nosotras mismas… y que también tienen que ver (sobre todo en el caso de la pérdida de un diente) con nuestro bolsillo.
Un país que cuenta con muchos y muy buenos profesionales
Que siga habiendo gente que no se preocupe y como debería de su salud dental nos parece más increíble ahora que nunca. La razón es que hay muchos profesionales y clínicas dentales repartidos por la totalidad del territorio nacional. Se trata de un sector en el que el potencial cliente tiene la capacidad de elegir entre una amalgama muy amplia de entidades, algo que por regla general suele incidir de manera positiva en el precio de todos y cada uno de los tratamientos que estén ligados a un buen mantenimiento de la salud dental.
Y ojo, que no se trata solo de cantidad, sino también de calidad. Los odontólogos españoles están muy bien vistos en todo el mundo, así que podemos sentirnos afortunados. Muchos de ellos, por ejemplo, reciben ofertas de otros países que no tienen tanto volumen de profesionales en este sector. La verdad es que esta no es una cuestión de la que pueda presumir todo el mundo y habla perfectamente de las posibilidades tan grandes que tenemos en este país para cuidar al máximo de nuestra salud dental. Ojalá que los datos en el futuro nos acompañen y que nadie tenga que experimentar todo lo negativo que va asociado a una mala salud de la boca.
También hay algo muy positivo de nuestro país y es el hecho de que cada vez invertimos más tiempo en todo lo que tiene que ver con la educación en salud bucodental, sobre todo en los colegios. Sabemos de sobra que indicarles a los y las menores la importancia que esto tiene va a generar beneficios a largo plazo y que una generación que sea especialmente buena en este sentido le va a transmitir el conocimiento a las que vengan después. Por eso son tan importantes las charlas o los talleres que los y las profesionales de la odontología puedan impartir en cualquier centro educativo.
Por otro lado, sería interesante que no nos olvidáramos de las personas más mayores cuando hablamos de educar en materia de salud bucodental. Y es que aprender cosas tan importantes como estas no solo tiene que ver con la gente de corta edad. Debemos recordar que muchas de las personas mayores que se encuentran en nuestros pueblos y ciudades nacieron y crecieron en una sociedad en la que existía una carestía en prácticamente todos los ámbitos de la vida y nunca nadie les explicó lo importante que era mantener unas buenas condiciones bucales. Por eso es importante que ahora se cuente con ellos y ellas a la hora de transmitir las razones por las cuales es idóneo cuidar de nuestra boca.
Estamos seguros de que invirtiendo esfuerzos y tiempo en educación, vamos a tener la posibilidad de conseguir mejoras de lo más sustanciales en lo que tiene que ver con la salud dental. Y no es un asunto baladí ni mucho menos. Ojalá que todo el mundo tome nota y refuerce su apuesta por su propia salud dental. Seguro que no se arrepiente en absoluto teniendo en cuenta lo que eso puede influir a lo largo de su vida y la cantidad de problemas que se pueden dejar de lado si empezamos a tomarnos en serio un asunto de la relevancia de este. La calidad de nuestra vida y nuestro propio bienestar dependen de ello, así que haríamos bien en no descuidar estos aspectos.
La tranquilidad de la que podemos hacer gala cuando sabemos que estamos cuidando a la perfección de nuestra salud dental no tiene precio. Por eso es importante que continuemos trabajando en ella. Si hiciéramos un balance que estableciera una relación entre los beneficios que aporta una buena salud dental y la cantidad de tiempo que hay que invertir en ello, estamos seguros de que mucha gente se sorprendería para bien. Y es que no hay que invertir demasiado tiempo ni dinero en tener una boca perfecta. No hace falta. Pero, si no cuidamos de esto como realmente se debe, vendrán los problemas de salud… y para el bolsillo.