Las visitas al dentista son esenciales para el cuidado de la salud bucodental de los niños desde una edad temprana, y juegan un papel crucial en su desarrollo oral hasta que alcanzan la edad adulta. A lo largo de la infancia y la adolescencia, los dientes y las encías atraviesan diferentes etapas de crecimiento y cambio, por lo que es fundamental asegurarse de que los niños reciban el seguimiento adecuado para mantener una boca sana. A continuación, se describe cómo deben organizarse estas visitas y la importancia de cada una en función de la edad.
La primera visita al dentista debe realizarse tan pronto como aparezca el primer diente, o antes de que el niño cumpla su primer año. Esta visita inicial no tiene tanto que ver con realizar tratamientos, sino más bien con establecer una relación positiva con el dentista y educar a los padres sobre los cuidados básicos de la boca del bebé. Durante esta cita, el dentista examinará la salud de los dientes en erupción y las encías del bebé, así como dará recomendaciones sobre la higiene bucal, la alimentación y el uso del chupete o el biberón, ya que estos pueden afectar la salud dental en la infancia. Además, el dentista orientará a los padres sobre cómo prevenir la caries y otros problemas comunes en los dientes de leche, que son fundamentales para el desarrollo de los dientes permanentes.
Tras ello, cuando el niño crece y sus dientes permanentes comienzan a erupcionar, las visitas al dentista deben hacerse con más regularidad, idealmente cada seis meses. A partir de los tres años, el niño debería tener citas periódicas para asegurarse de que los dientes están creciendo de manera adecuada y sin caries. Durante estas visitas, el dentista limpiará los dientes del niño, eliminando la placa y el sarro, y revisará si hay señales tempranas de caries o problemas en el alineamiento dental. A esta edad, también es un buen momento para que el dentista eduque al niño sobre la importancia de una correcta higiene bucal, como el cepillado y el uso del hilo dental.
A medida que el niño entra en la escuela primaria, alrededor de los 6 años, las visitas deben seguir siendo regulares. En este sentido, en la clínica dental CIO Arturo Soria nos recuerdan que es una etapa clave para la erupción de los dientes permanentes, y el dentista puede realizar radiografías para asegurarse de que estos dientes se estén desarrollando correctamente. Es frecuente que, en esta etapa, además de la limpieza profesional, se apliquen selladores dentales en los molares para prevenir las caries, ya que estos dientes permanentes son más susceptibles a la acumulación de placa y caries. Los selladores actúan como una barrera protectora para evitar que las bacterias causen daño en las áreas difíciles de limpiar.
En la adolescencia, a medida que los dientes continúan cambiando y el niño se acerca a la edad adulta, las visitas al dentista siguen siendo fundamentales. Durante este período, es común que los niños necesiten ortodoncia para corregir problemas de alineación de los dientes y la mordida. El dentista o el ortodoncista evaluará la necesidad de un tratamiento de ortodoncia, que generalmente se realiza entre los 9 y los 14 años, aunque esto puede variar dependiendo del desarrollo de cada niño. Las visitas al dentista en esta etapa no solo se centran en el cuidado preventivo y la corrección de la alineación, sino también en la prevención de problemas que puedan surgir con el uso de los brackets o los retenedores.
Al acercarse a la adolescencia y la edad adulta, los adolescentes deben continuar con sus visitas periódicas al dentista, cada seis meses, para monitorear la salud de sus dientes permanentes y las encías. Además, es importante que el dentista se asegure de que el joven esté utilizando una técnica de cepillado adecuada y manteniendo una higiene bucal óptima, ya que la adolescencia es una etapa donde la alimentación y la falta de hábitos saludables pueden afectar negativamente la salud bucodental. También es el momento de empezar a educar sobre la importancia del cuidado dental a largo plazo, ya que los problemas dentales de la juventud pueden seguir repercutiendo en la vida adulta.
¿Cómo se deben cepillar los dientes un niño?
El cepillado de dientes es una de las prácticas más importantes para asegurar la salud bucodental de los niños desde una edad temprana. Es esencial enseñarles a cepillarse correctamente, ya que una higiene dental adecuada previene la aparición de caries, infecciones y otros problemas orales.
Desde el momento en que aparece el primer diente, que suele ser alrededor de los seis meses de edad, se debe comenzar a limpiar la boca del bebé. Al principio, los padres pueden hacerlo utilizando una gasa húmeda o un pañuelo limpio para frotar suavemente las encías y el diente que ha salido. No es necesario usar pasta dental en esta etapa, pero es importante limpiar bien la zona para prevenir la acumulación de bacterias.
A partir de los dos años, los niños pueden empezar a usar un cepillo de dientes pequeño con cerdas suaves, diseñados específicamente para ellos. En esta etapa, los padres aún deben supervisar el cepillado, ya que los niños no tienen la destreza necesaria para hacerlo por sí mismos de manera efectiva. Para aplicar la pasta dental, se debe usar una cantidad pequeña, aproximadamente del tamaño de un grano de arroz, para evitar el riesgo de que el niño trague demasiado flúor.
Asimismo, el cepillado debe hacerse con movimientos suaves y circulares, enfocándose tanto en la parte externa como en la interna de los dientes y las superficies masticatorias. Es importante asegurarse de que el niño cepille todos los dientes, incluyendo los molares y los incisivos, y también la lengua, que es donde pueden acumularse bacterias.